viernes, 20 de abril de 2012

A DON MARIO...


Maestro…

Es difícil hablar sobre usted. Quizás, don Mario, porque usted provoca respeto.
Sería muy, pero muy fácil entrar en Internet y contarle a la gente que usted nació el 14 de setiembre de 1929, en Paso de los Toros, allá por el medio de nuestra geografía, del lado norte del Río Negro, ese que divide en dos al paisito. Podría decir que pasó una niñez con apremios económicos y que en 1946 se casó con Luz López Alegre, su gran amor, su compañera… Esa con la que caminó la ruta de la vida, mano a mano y codo a codo siendo “mucho más que dos”.
¿En cuántos sitios trabajó, don Mario? En un montón, sin duda. Desde la casa de repuestos de autos hasta periódicos, revistas, semanarios. ¿Se acuerda cuando en 1974 clausuraron el semanario Marcha? Pero usted siguió escribiendo cuentos, novelas, poemas. ¿Quién no leyó, vio en el cine o, al menos, oyó hablar de “La Tregua ”? ¿Cuántas veces vimos escrito aquello de “Usted puede contar conmigo. No hasta dos o hasta diez, sino… contar conmigo”.
Por eso, Don Mario, yo no puedo escribir sobre usted. No me animo, ¿sabe? Me queda grande…Quisiera contarles a todos la gran cantidad de premios con que lo honraron en vida; las veces que lo nombraron “Doctor Honoris Causa”, a alguien con escasos estudios secundarios.

¿Sabrá la gente que usted fundó, junto a miembros del Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), el Movimiento 26 de Marzo? ¿Y que tuvo que abandonar su país por sus pensamientos políticos? Pasó su exilio en Argentina, Perú, Cuba, España. Pasó 10 años alejado de su paisito y de su esposa.
Allá por 1985, Joan Manuel Serrat grabó “El Sur también existe”, basado en sus poemas, con su ayuda y colaboración personal.

¿Premios? Muchos. Jristo Botev en Bulgaria, Llama de Oro de Amnistía Internacional en Bruselas, Morosoli de plata en Minas, Uruguay, Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral en Chile, Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en España, Premio Iberoamericano José Martí, Premio Internacional Menéndez Pelayo… Y siguen y siguen. Pero ¿qué importa? Usted escribió más de 80 libros, además de artículos, discursos y muchas cosas más. 40 de sus libros fueron traducidos a 20 idiomas.

Recién acabo de ver en la televisión a su amigo Galeano que dijo que su apellido, “Benedetti”, significa “benditos”. Benditos nosotros que tuvimos la suerte de disfrutarlo en vivo y deleitarnos con sus poemas.

El 17 de mayo de 2009, los medios de comunicación mundiales daban la noticia de su desaparición física, con 88 años.

Entonces… ¿Qué más podría decir yo? Mejor lo dejo a usted y a dos sus poemas, de los que más me gustan a mí.

Hagamos un Trato

Compañera
usted sabe
puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted

es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo.



UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO
Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

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