viernes, 17 de mayo de 2013

BOLICHE


Para vos, Chocha, mi compañera de boliche y hermana de la vida...


-¡Ah! Era hora ¿no? Te acordaste que tenias casa… ¿Dónde andabas? Ya sé, no me digas nada: en el boliche. ¿Y con quién, si se puede saber?
-Bue… no empieces con la misma cantinela de todas las noches… Estaba con la Chocha.
-También yo, ¡hago cada pregunta! Si no supiera que la amistad de ustedes viene desde hace más de treinta años, diría que son amantes.
-Y lo somos. Lo somos nos amamos, pero no como lo imaginaría una mente fálica como la tuya.  ¿Y cómo supiste que venía del boliche?
-Porque llevamos casados varios años. Y por tus mangas, negras en la parte de abajo… El gallego debe estar feliz con ustedes. Cada vez que van, le sacan lustre a la mesa con los codos.
-Ja, ja… Tenés razón. Mañana llamo a Jefatura y le digo que te contraten como policía de investigaciones. ¡Qué poder de observación!
-Te hago una pregunta, y espero que me respondas. Como cónyuge y parte afectada, tengo derecho a una respuesta. Quiero saber dos cosas. La primera: ¿de qué hablan? Porque ustedes no van a chupar, ni a jugar, ni son intelectuales como esos escritores que se iban a inspirar en los boliches, ni de esos viejos que van a leer el diario, ni de levante, supongo. Porque a esta altura de la vida, ni la quiniela.
-¡Uh! Pero ¿en qué año vivís? La quiniela se levantaba en los boliches de hace mil años, en los bares de barrio que eran almacén y bar, donde las señoras decentes no entraban… y las indecentes tampoco. Aquellos donde la nena del tango iba a buscar al padre y le decía: “Papá, vamos que mamá te llama…”. No… yo le digo boliche a cualquier sitio que tenga una mesa para acodarse a hablar con alguien, café de por medio. Puede ser una cafetería, un bar o una confitería, tanto da. Una mesa con dos o más personas, donde cualquier tema es perfecto para iniciar la conversación: igual nos sirve una película, un libro, una frase de Osho o lo que dijo el Pepe. Con tal de hablar, te sacamos tema hasta de un boleto...
-Andá, ¡no exageres!
-No exagero. Si no hay tema, la Chocha es capaz de agarrar el boleto, sumar los números y decir: “¿sabés cuánto suma este boleto? 24, como el día que murió Gardel… ¡Ese sí que tuvo suerte! Se murió joven, la gente lo idealizó y hoy por hoy todavía se dice que cada vez canta mejor…” Y tá, ya tenemos tema. O mejor dicho: temas, porque de ahí podemos hablar de otros que también murieron jóvenes, de cómo la gente crea ídolos, o… ¡qué sé yo! Y podemos terminar hablando del precio de la espinaca, que dicho sea de paso, queda muy rica en tortilla. Lástima que te sube el ácido úrico… Y hablando de ácido úrico ¿viste que…?
-Pará, pará… Dejala por ahí; te juro que me quedó clarito.
-Bien, me alegro. Entonces…  ¿cuál era la otra pregunta que te intriga?
-Siempre quise saber qué le encontrás al boliche. Porque así como se sientan a charlar ahí, podrían hacerlo en sus propias casas, o en un club social, o en una plaza…
-¡No, ni ahí! Mirá… en una casa, sea la de quien sea, siempre va a haber alguien que venga a molestar, a interrumpir: el marido, la mujer, uno de los hijos o nietos, el perro, la vecina, el teléfono, el cobrador o los testigos de Jehová. En el club, o en la cantina del club, va a pasar uno y te va a saludar, y va a pasar otro y va a saludar al que está con vos, y va a venir el de tal comisión a pedirte que… Conclusión, en un lugar así no se puede hablar tranquilo. Y en la plaza, ni loca.

-¿Por qué?
-Simple: no hay donde acodarse. Me quedaría en la plaza solo por una razón: darles de qué hablar a las viejas de la cuadra… 
-Pero no me contestaste: ¿qué le encontrás, qué tiene el boliche que no tenga otro lugar?
-Ufff… A ver cómo te explico… El boliche tiene un encanto que no lo tiene ningún otro lugar. La persona que se sienta con otro a la mesa de un boliche, es dueña de su mundo y es invitada a visitar el mundo del otro. Pero básicamente y por un rato, se pertenece a sí misma. Es dueña de su tiempo, su vida y hasta de la única verdad que le pesa: la propia. Entre ambas personas, convierten a la mesa en un mortero donde la conversación hace las funciones del pilón, ese que va moliendo y fundiendo las ideas de cada uno, hasta convertirlas –o no-, en una dorada conclusión. La mesa hace de diván de sicólogo, de confesionario, de escritorio, de mesa de estudios, de… de lo que sea. Y los roles no son fijos: a veces se es confesor y otras, confesado; se puede ser filósofo o descerebrado; inventor de frases célebres escritas en servilletas de papel, o autor de cartas jamás enviadas; escribir cuentos de la talla de Cortázar o un poema mojado en vino tinto y teñido con la lágrima de un cortado... El ambiente del boliche puede convertir a una persona callada en un charlatán, sin que sea necesario ingerir una gota de alcohol. Quizás la magia esté en la compañía, en el ambiente, en zambullirse en la mirada del otro y sentir la calidez de su piel. No importa qué vas a comer o a tomar, la cosa es “limpiar” la mesa con los codos mientras conversás, o agarrar una servilleta de papel y… ¡que se ría el que inventó el plegado en papel!... Todas cosas que nunca te las va a dar una sala de chat. ¿Me explico?
-…
-Qué querés que te diga, Quique… Tenés una esposa bolichera. El día que el boliche deje de cautivarme, me pasará lo mismo que me podría pasar con vos, el hombre que amo tan profundamente.  Cada mañana, al despertar, renuevo la decisión de permanecer a tu lado veinticuatro horas más. El día que me despierte dándome cuenta que ya no me cautivás… será que ha llegado el momento de irme para no volver.
 

RELACIÓN DE GANADORES

Aprovecho esta oportunidad para agradecer a la Asociación Cultural "El Carpio" por la oportunidad brindada para participar en este concurso, y también por el premio que me concedieron. ¡Gracias!
Y a todos ustedes por acompañarme en este camino de letras...


ASOCIACIÓN CULTURAL EL CARPIO

(RELACIÓN DE GANADORES)

XII CONCURSO DE RELATOS CORTOS PARA ADULTOS

 
-1º PREMIO:  D. Javier Castrillo Salvador- “Acto de conciencia”- Tarilonte de la Peña (Palencia)

-2º PREMIO: D. José Luis Bragado García- “La cálida luz del recuerdo”- Valladolid

-3º PREMIO:  Dña. María Cristina Carbajal Álvarez- “La dama de la empuñadura”-  Montevideo (Uruguay)

  Mejor Autor Local: D. Miguel Iglesias Varela- “Polaridad”-  Grandas de Salime (Asturias)

            La entrega de los premios se efectuará el sábado 8  de junio de 2013 a las 19:00 h  coincidiendo con la actuación musical del grupo vocal LA TROVA que tendrá lugar en la Colegiata del Salvador de Grandas, posteriormente en la Casa de Cultura se procederá a la entrega de premios y diplomas.

Asimismo le informamos que puede conocernos mejor a través de  facebook.com/ Asociación Cultural El Carpio.