miércoles, 23 de marzo de 2016

SI USTED FUESE VINO

Si usted fuese vino... y estuviera encerrado en una botella, me deleitaría imaginando los placeres que tendré al destaparlo. Hundiría el tirabuzón con lentitud, respetando su madurez al retirar el corcho para que no se desgrane.

Si usted fuese vino... impregnaría mi olfato con su aroma, y así poder revelar cada uno de los pasos dados que tuvo que dar en su vida para conseguir esas fragancias.

Si usted fuese vino... lo volcaría de a poco en una copa de cristal, inmensa, transparente, límpida, para mirar a trasluz su color rojo sangre y buscar imperfecciones donde no las hay.

Si usted fuese vino... lo giraría en la copa para obligarlo a asirse al cristal, y desear entonces que se aferre de la misma forma a mi alma. Porque usted debe ser como un caldo espeso que casi se mastica, uno de esos vinos que tiñe hasta el más puro cristal, deja huella y no se olvida.

Si usted fuese vino... volvería a disfrutar su aroma esparcido en el ambiente y así sospecharlo en la vid, cuando aún era racimo madurando al sol, porque en ese momento usted no imaginaba que lo hacía para mí.

Si usted fuese vino... entraría en mi boca en un pequeño sorbo y lo degustaría con cada papila, apretándolo con mi lengua contra el paladar para exprimirlo y extraerle hasta la última molécula de sabor. Después lo exhalaría por la nariz, para que todos mis sentidos quedaran impregnados de su presencia.

Si usted fuese vino… lo gozaría sorbo a sorbo, sin prisa, sin apuros, sin tiempo.


Si usted fuese vino, caballero, me transformaría en catadora sólo para degustarlo...